“El hombre se convierte a menudo en lo que piensa de sí mismo. Si yo sigo diciéndome a mí mismo que no puedo hacer algo, es posible que termine siendo incapaz de ello. Al contrario, si tengo la creencia de que puedo hacerlo, seguramente adquiera la capacidad de hacerlo, incluso si no puedo al principio”.
-Mahatma Gandhi.
La confianza, es la energía que mueve el mundo… La confianza se desarrolla a lo largo de la vida, se aprende, no se hereda. Es fundamental creer en uno mismo porque nos permite sentirnos bien y plantearnos objetivos y metas, incluso cuando no conseguimos llegar a ellas…
Existe la zona de confort donde nos adormecemos y acomodamos por miedo a no luchar por los sueños, esto ocurre cuando no existe autoconfianza y no creemos en nosotros. Es una actitud negativa porque nos condena a una vida de insatisfacciones personales. El uso de los “deberías” y de los “y si…” se hace parte de nuestro vocabulario y de nuestra vida, programándonos negativamente…
Durante la infancia comienza a desarrollarse la autoconfianza. Ya desde pequeños, nos damos cuenta que vamos ganando poco a poco en independencia, vamos formar parte de diversos entornos, ya sean familiares o amigos o compañeros de colegio, profesores, y comenzamos a hacernos una idea de quiénes somos. Es fundamental esta imagen de nuestro “yo” porque está condicionada por lo que nosotros creamos que piensan de nosotros. Si en nuestro entorno familiar, nuestros padres carecen de confianza en sí mismos, o utilizan frases humillantes y descalificadoras para con sus hijos o son demasiado sobreprotectores que no han permitido que el niño ponga a prueba sus capacidades y así desarrollarlas, es probable que hayamos aprendido a ser derrotistas con nuestro “yo”. Cuando se repite este patrón a lo largo del tiempo, la persona crece con una autoimagen muy negativa y falta de confianza, por lo que no consigue asumir retos o sentirse confortable consigo mismo…
La carencia de esta confianza no solamente procede de la infancia, también surge de experiencias vividas a lo largo de la vida y que se han asumido como “fracasos”. Cuando se producen distorsiones en la forma de interpretar las experiencias, y los pensamientos son a forma de generalizaciones o magnificaciones como “todo/nada, siempre/nunca), acaban deteriorando la autoestima y la autoconfianza, minándola…
La paciencia es un don y necesitamos llevar un proceso de cambio que no viene por arte de magia, sino que se tiene que trabajar poco a poco, para llegar a un proceso de aceptación personal y no desistir.
El amor hacia uno mismo es imprescindible para llegar donde quieres y tener paz interior. Esto se consigue con un trabajo y con la aceptación de tu persona tal y como eres, y amándote por ello. Si se hace esto, aumentará la confianza en las capacidades personales y la fuerza, por lo que se conseguirán gran parte de los retos. Sabemos que somos únicos y la diferencia nos hace grandiosos…
Es importante ser sordos cuando nos rodea gente tóxica. Se tiene por costumbre etiquetar a las personas y a veces pretenden convencerte que no puedes hacer tal o cual cosa. El pensamiento correcto es confiar en lo que queremos, creemos y en lo que somos y sacar conclusiones positivas a pesar de haber cometido algún error. De los errores siempre se aprende.
Recordar que lo que realmente somos, existe en el presente, lo que vivimos es en el presente y este pensamiento, es de gran ayuda para exprimir lo positivo del tiempo al máximo. Pensar día a día en el aquí y el ahora es imprescindible para saborear cada instante y no permitir la entrada al miedo. Ahora estamos construyendo, y eso es lo que importa.
Para comenzar a creer en uno mismo, es importante ir poco a poco y no desistir, para que cada paso se acerque a la meta que queremos, con metas y objetivos realistas para lograrlo, y cuando lo hagamos abracémonos y felicitémonos por ello…
¡QUERÁMONOS MUCHO…!
Un abrazo intenso.
https://www.facebook.com/consultainteligenciaemocional/
http://carolinabello.es/
Terapia Emocional – Educación Integral en Inteligencia Emocional Carolina Bello.
La confianza, es la energía que mueve el mundo… La confianza se desarrolla a lo largo de la vida, se aprende, no se hereda. Es fundamental creer en uno mismo porque nos permite sentirnos bien y plantearnos objetivos y metas, incluso cuando no conseguimos llegar a ellas…
Existe la zona de confort donde nos adormecemos y acomodamos por miedo a no luchar por los sueños, esto ocurre cuando no existe autoconfianza y no creemos en nosotros. Es una actitud negativa porque nos condena a una vida de insatisfacciones personales. El uso de los “deberías” y de los “y si…” se hace parte de nuestro vocabulario y de nuestra vida, programándonos negativamente…
Durante la infancia comienza a desarrollarse la autoconfianza. Ya desde pequeños, nos damos cuenta que vamos ganando poco a poco en independencia, vamos formar parte de diversos entornos, ya sean familiares o amigos o compañeros de colegio, profesores, y comenzamos a hacernos una idea de quiénes somos. Es fundamental esta imagen de nuestro “yo” porque está condicionada por lo que nosotros creamos que piensan de nosotros. Si en nuestro entorno familiar, nuestros padres carecen de confianza en sí mismos, o utilizan frases humillantes y descalificadoras para con sus hijos o son demasiado sobreprotectores que no han permitido que el niño ponga a prueba sus capacidades y así desarrollarlas, es probable que hayamos aprendido a ser derrotistas con nuestro “yo”. Cuando se repite este patrón a lo largo del tiempo, la persona crece con una autoimagen muy negativa y falta de confianza, por lo que no consigue asumir retos o sentirse confortable consigo mismo…
La carencia de esta confianza no solamente procede de la infancia, también surge de experiencias vividas a lo largo de la vida y que se han asumido como “fracasos”. Cuando se producen distorsiones en la forma de interpretar las experiencias, y los pensamientos son a forma de generalizaciones o magnificaciones como “todo/nada, siempre/nunca), acaban deteriorando la autoestima y la autoconfianza, minándola…
La paciencia es un don y necesitamos llevar un proceso de cambio que no viene por arte de magia, sino que se tiene que trabajar poco a poco, para llegar a un proceso de aceptación personal y no desistir.
El amor hacia uno mismo es imprescindible para llegar donde quieres y tener paz interior. Esto se consigue con un trabajo y con la aceptación de tu persona tal y como eres, y amándote por ello. Si se hace esto, aumentará la confianza en las capacidades personales y la fuerza, por lo que se conseguirán gran parte de los retos. Sabemos que somos únicos y la diferencia nos hace grandiosos…
Es importante ser sordos cuando nos rodea gente tóxica. Se tiene por costumbre etiquetar a las personas y a veces pretenden convencerte que no puedes hacer tal o cual cosa. El pensamiento correcto es confiar en lo que queremos, creemos y en lo que somos y sacar conclusiones positivas a pesar de haber cometido algún error. De los errores siempre se aprende.
Recordar que lo que realmente somos, existe en el presente, lo que vivimos es en el presente y este pensamiento, es de gran ayuda para exprimir lo positivo del tiempo al máximo. Pensar día a día en el aquí y el ahora es imprescindible para saborear cada instante y no permitir la entrada al miedo. Ahora estamos construyendo, y eso es lo que importa.
Para comenzar a creer en uno mismo, es importante ir poco a poco y no desistir, para que cada paso se acerque a la meta que queremos, con metas y objetivos realistas para lograrlo, y cuando lo hagamos abracémonos y felicitémonos por ello…
¡QUERÁMONOS MUCHO…!
Un abrazo intenso.
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